miércoles, 20 de abril de 2011

Costa Rica: pura vida


En este mundo en el que sobran destinos encantadores que visitar y conocer, siempre hubo un lugar que me tentó conocer por la belleza natural tan intensa que posee, por su carácter aventurero y paradisiaco y sobre todo por caminar por alguno de los 86 tipos de ecosistemas tan únicos que alberga: manglares, bosque tropical seco y lluvioso, bosque nuboso, pantano de palmas etc.

Hoy quiero hablaros de mi viaje a Costa Rica. Fue una experiencia de las que yo califico como imposible de olvidar.
Costa Rica constituye tan solo el 0´03 % de la tierra del planeta, sin embargo, en ella se concentra el 6% de su biodiversidad. Está encajada entre Nicaragua y Panamá, en pleno Centroamérica. Costa Rica está asentada en el llamado cinturón de fuego del Pacífico y alberga 112 volcanes.
Nada más aterrizar en su capital, te das cuenta que si quieres disfrutar de naturaleza salvaje y de deportes de aventura estás en el lugar perfecto. San José es muy ruidosa, sucia y llena de “bares” con su rica cerveza imperial, pollo y costillas de cerdo. Tiene un museo de oro precolombino que muestra una gran cantidad de objetos de ornato indígenas que a Colón debieron llamarle la atención como para llamar a estas tierras la costa rica.
Conocer Costa Rica es conocer el Parque Nacional de Tortuguero. A estas costas oscuras y bravas del Atlántico llegan a desovar 3 tipos de tortugas marinas de los 5 tipos que hay en el mundo.
Para decir que visitaste Tortuguero hay que navegar en barca durante horas por sus senderos acuáticos (caño chiquero, caño mora, caño Harold) acompañado de uno de los maravillosos naturalistas-guías expertos que hay en el parque (un saludo desde aquí a Berny, Eduardo y familia por su familiaridad y sabiduría) y que nos acercará al paraíso de canales que constituye el parque de Tortuguero.
Verás mamíferos como el mono caretiblanca y el mono congo, el tapir, la nutria, el armadillo, oso hormiguero, perezoso, jagua…; así como múltiples aves como oropéndolas, garzas, tucanes, guacamayos, carpinteros, martín pescador, urracas, espátulas, águilas pescadoras, periquitos, loros, garcetas, garcillas…; también tortugas, caimanes, basiliscos, iguanas, serpientes terciopelos y corales, ranas arbóreas, como la rana calzonuda de ojos rojos, sapos gigantes, salamandras; mariposas de todos los tamaños y colores como la azulada Morfo y la amarillenta Zebra. Vamos un sinfín de especies que habitan en esta selva tropical húmeda.
Para decir que visitaste el parque nacional de Tortuguero hay que pasear por el pueblo de Tortuguero; peculiar donde los haya. Es una pequeña localidad donde viven los pocos habitantes de esta zona, la mayoría son barqueros, guías o trabajadores de los hoteles de la zona, muchos de ellos nicaragüenses. Toda la infraestructura y el espíritu de vida son en plan jamaicano, un ambiente muy caribeño.
Conocer Costa Rica es disfrutar del sol tropical y de arenas blancas finas como azúcar de caña en polvo dignas de una postal. Conocer Costa Rica es sentir su calor y ver como se pega a la piel húmeda y sudorosa.
Es disfrutar de las jornadas a caballo en plena selva tropical o de “sálvese quien pueda” haciendo rafting en una zona de bosque húmedo regado por las aguas bravas del rio Sarapiquí, intentando no volcar de la barca o no subirte a una de las interminables piedras que hay en medio del cauce. Con suerte la fuerza del rio y su corriente natural te escupirán y estarás sano y salvo.

Conocer Costa Rica es adentrarte en el parque nacional del volcán arenal y ver pequeñas explosiones expulsando cenizas, gases y todo tipo de material piro clástico. Es uno de los destinos más turísticos del país y del que hay que disfrutar por sus aguas termales del rio Tabacón que se calientan en las faldas del volcán y tiene una temperatura en torno a 37 grados centígrados.
Fue una suerte tener un día tan despejado, poder ver la majestuosidad completa del volcán y poder disfrutar de un baño en la preciosa catarata mágica de la Fortuna.

Conocer Costa Rica es adentrarse en el bosque nuboso de la Reserva de Monteverde. Una selva muy tranquila de robles, cedros, magnolias, aguacatillos, innumerables plantas epífitas (plantas que crecen sobre otras plantas): fascinantes orquídeas policromadas, exóticas heliconias, helechos gigantes, musgos, líquenes y todo salpicado de maravillosos animales como monos aulladores, colibríes de todos los colores y el escurridizo y grandioso quetzal.
No olvidaré los puentes colgantes de esta reserva y de sus tirolinas interminables, allí llamadas canopy. El turismo activo allí es prodigioso: caballos, puentes colgantes, teleféricos, rapel, puenting cuerdas de supermán y lianas de tarzán. ¡Adrenalinaaaaaa¡

El Parque Nacional rincón de la vieja es otro ecosistema de “bosque siempre verde” lleno de un árbol muy característico llamado por los costarricenses “higuerón” o estrangulador; se trata de un ficus, un árbol excepcional de aquí, que estrangula al árbol que “parasita” y crece rodeándolo y envolviéndolo. Una verdadera maravilla de la naturaleza.
En este parque nacional se encuentra el volcán rincón de la vieja, cuya última erupción fue en 1991 y en el que descubrí una actividad fumarólica muy curiosa llamada pailas, que son sitios en los cuales salen columnas de vapor de agua con dióxido de azufre y otros gases que forman unos “volcancitos” burbujeantes y escupidores de barro a muy altas temperaturas.
Disfruté mucho de todo esto, pero lo que realmente me hizo gozar fue hablar y reír con los ticos. Es difícil encontrar gente tan interesante, tan simpática, tan risueña como este pueblo.

No paséis por Costa Rica sin compartir la experiencia de pedirles consejo para escoger una excursión. No paséis sin comprarles alguna manualidad de las que hacen con madera, con plumas y piedras, sin comer gallo pinto (comida típica nacional hecha de arroz y frijoles negros) en uno de sus curiosísimos bares y restaurantes, sin conversar sobre fútbol - la mayoría aficionados del Barca- , sobre naturaleza o sobre la vida misma con el chofer de una de las “busetas” en los interminables desplazamientos por aquellas carreteras de cuestas, piedras y polvo.

No paséis por Costa Rica sin disfrutar del buen humor, sencillez, naturalidad y familiaridad de este pueblo tan auténtico.

Os pido una cosa más; allá donde lleguéis en Costa Rica, no olvidéis que la verdadera conservación que hay que hacer más allá de sus recursos naturales, está a nivel personal, dentro del propio corazón del pueblo tico.
Hay que salvaguardar su corazón verde, la flora y fauna de estos bellísimos enclaves pero no hay que olvidarse de cuidar el alma de paz y armonía que invade a numerosísimas personas en todos los rincones de Costa Rica.


Costa Rica es grande en atractivos naturales, playas espectaculares y densas selvas verdes, pero más grande es su pueblo. Es gente con una cultura propia y diferente, son gente que nunca pasó hambre, que no tuvieron ansia de conquista, ni de invadir a otros pueblos, gente de paz y armonía, es gente única y hermosa, tan hermosa como cualquiera de sus paisajes.
Son independientes, amigables y muy espontáneos, creo que eso les hace más libres. Ellos eligen como quieren ser y qué hacer. No les agobia ni les preocupa la presión social y el cumplimiento estricto de las normas, de lo aceptado socialmente, de la corriente general, de lo políticamente correcto. Son menos planos, menos lineales; cada uno es diferente.

Deberíamos aprender de esa independencia y libertad de la que gozan; yo siempre he pensado que esa espontaneidad es muy buena para vivir de una forma más sincera en sociedad y además creo que no es algo propio de la edad sino de las condiciones sociales, familiares y culturales.
Quizá se rían de ellos porque son diferentes pero ellos se ríen del mundo porque nosotros somos todos iguales.


Si vas por Costa Rica; habla con ellos, ríe con ellos, escúchales, conoce su cultura local, saborea sus comidas, mira su modo de vida; lánzate a conocer a los ticos; entonces podrás comprobar en tus carnes porque estudios internacionales dicen que las personas más felices del mundo son de Costa Rica.

Pura vida, sí señor, pura vida.

6 comentarios:

  1. Que bonita la rana... me encanta.

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  2. La rana verde de ojos rojos( rana arborea calzonuda)
    Lo más notable son sus grandes ojos rojos con pupila vertical. Las ranas arborícolas depositan los huevos en la vegetación que cuelga encima del agua. Es un comportamiento reproductivo curioso y cuando llega el momento de la eclosión, la cubierta de los huevos se va deshaciendo y los renacuajos resbalan por la hoja y caen al agua donde llevan una vida como cualquier larva de anuro.
    Comen cualquier presa viva que les quepa por la boca: grillos, polillas, mariposas, saltamontes, moscas, etc.
    Su piel contiene toxinas pero no son tan poderosas.
    Esta especie no esta considerada como especie en peligro; sin embargo, el estado de su hábitat es preocupante. El calentamiento global, la contaminación, la deforestación y los cambios atmosféricos han provocado serios daños en los bosques. Esto las hace buenas indicadoras ambientales y en Costa Rica la ves por todos los lados.
    Pura Vida.

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  3. Que alegría que hallas disfrutado de nuestra tierra, y más me alegra poder ver la opinión que tienes de nuestra cultura. Muchas veces los ticos nos acostumbramos a nuestra forma de vida y terminamos ignorándola. Un abrazo desde CR.

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  4. ML GRACIAS Y BENDICIONES POR DESCRIBIR TAN BIEN MI AMADA TIERRA, MUCHO MEJOR QUE UN TICO, COMO NOS CONOCEN. SOMOS CIUDADANOS PRIVILEGIADOS DE LAS RIQUEZAS NATURALES, Y DE LA CALIDES DE LA GENTE. ESPERO QUE REGRESE PRONTO, PARA Q ACOMPAÑE EL PINTO CON UNOS PLATANITOS MADUROS.
    KAREN CHAVARRIA CALDERON.

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  5. Costa rica, un país libre, soberano e independiente.. De ricas bellezas naturales, como sus bosques. flora y fauna.. bellos pajaros, árboles.. y todas sus maravillas..

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  6. La tia Juana en Costa Rica. Qué pasada.

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